8.3. Inmunodeficiencia.
Por inmunodeficiencias entendemos la ausencia física o funcional de algún componente del sistema inmune. Esta situación puede ser multicausal, pero se caracteriza por el desarrollo de infecciones graves y recurrentes en los enfermos que las presentan.
Clasificación:
a) En función de los componentes del sistema inmune afectados pueden ser:
- Inmunodeficiencias inespecíficas, si los afectados son los macrófagos o el complemento.
En las deficiencias por células fagocíticas, puede ser debido a la disminución de su número o a una alteración de su funcionamiento. Ejemplo: enfermedad granulomatosa crónica.
En el caso del complemento, pueden verse afectados cualquiera de sus múltiples componentes. Los enfermos son muy sensibles a las infecciones bacterianas del género Neisseria, y una elevada incidencia de enfermedades autoinmunes, en especial el lupus eritromatoso sistémico.
- Inmunodeficiencias específicas, debidas a anomalías en los linfocitos T o B.
Si la anormalidad afecta a los linfocitos B, se presentan variaciones en la respuesta humoral, ya sea por falta total de globulinas o por cantidades inferiores a las normales.
Las personas con anomalías de los linfocitos Tson muy propensas a infecciones por virus, hongos, protozoos y bacterias intracelulares. Por ejemplo, el desarrollo anómalo de las bolsas faríngeas que conduce a la degeneración del timo (Síndrome de Di George).
Son muy frecuentes los trastornos combinados de ambos, por la interacción constante entre linfocitos T y B.
b) Según la causa que las origine, se agrupan en:
-Inmunodeficiencias primarias, originadas por defectos intrínsecos del sistema inmune y están determinadas genéticamente, por lo que son congénitas.
-Inmunodeficiencias secundarias, causadas por factores extrínsecos como fármacos usados en quimioterapia, infecciones virales como el SIDA, irradiación, malnutrición, quemaduras. Son más frecuentes que las primarias.
Grupos de sintomatología:
Los síntomas más frecuentes de las inmunodeficiencias los podemos agrupar en:
· Infecciones, que son frecuentes, prolongadas, resistentes, reiterativas y graves.
· Alteraciones digestivas como diarreas, parasitosis, o anómala absorción intestinal.
· Síntomas cutáneos, como dermatitis atópica o problemas vasculares.
· Problemas de las células fagocíticas, como micosis o abscesos.
· Manifestaciones hematológicas con disminución de las células sanguíneas, como anemias.
· Alteraciones de órganos linfoides, disfunción de ganglios linfáticos, timo.
· Otras manifestaciones, de tipo neural, endocrino, esquelético, metabólico o cromosómico.